En la actualidad, el sector de la construcción industrial se encuentra en auge. El crecimiento de algunas áreas de negocio, especialmente las ventas a través de Internet, ha hecho que muchas empresas necesiten nuevos espacios industriales para la fabricación, distribución y almacenamiento de productos.
En este artículo, desde EIGO te contamos qué tipos de naves industriales existen, en función de diferentes factores como su estructura, su actividad y su facilidad de propagación de incendios.
¿QUÉ ES UNA NAVE INDUSTRIAL?
En primer lugar, debemos definir brevemente qué es una nave industrial. Las naves industriales son edificios de gran tamaño que se utilizan para desarrollar la actividad industrial, especialmente el almacenamiento y distribución de mercancías, así como la fabricación de productos.
Este tipo de construcciones suelen abarcar grandes espacios y, muchas veces, se encuentran dentro de parques logísticos o polígonos industriales. Estas zonas están específicamente destinadas a la actividad industrial y suelen ubicarse en enclaves estratégicos, junto a grandes vías de comunicación, para facilitar el transporte por carretera y tener acceso a aeropuertos y puertos marítimos.
TIPOS DE NAVES INDUSTRIALES
Existen distintos tipos de naves industriales, que pueden clasificarse teniendo en cuenta su estructura, su facilidad de propagación de incendios y su actividad o uso principal.
SEGÚN SU ESTRUCTURA
Esta clasificación se realiza teniendo en cuenta los diferentes materiales que se han utilizado para construir la nave.
NAVES DE HORMIGÓN
Las naves de hormigón son las construcciones más habituales, que presentan una estructura resistente y firme. Esto permite que en su interior se construyan diferentes espacios, separados entre sí y destinados a diversas funciones. Además, este tipo de naves son muy resistentes a los incendios y otras incidencias.
NAVES DE ESTRUCTURA METÁLICA
La estructura final no es tan rígida como la de una nave de hormigón, son más adecuadas para industrias que pueden requerir continuas modificaciones en su estructura y cerramientos. Además, son más susceptibles a incidentes como incendios y pueden ser más adecuadas para actividades de riesgo bajo.
NAVES MIXTAS
Las naves industriales mixtas utilizan tanto hormigón como metal para su construcción, variando la proporción de cada uno de ellos en función de las características y la estética específicas de la obra. La combinación de estos dos materiales dota a las naves mixtas de una estructura muy flexible, capaz de adaptarse a las necesidades concretas de la empresa que le va a dar uso.
Es habitual encontrar naves con estructura de hormigón y cerramientos metálicos. Y también naves de estructura metálica con un zócalo de cerramiento en hormigón hasta una determinada altura.
SEGÚN SU FACILIDAD DE PROPAGACIÓN DE INCENDIOS
Otra de las clasificaciones que más se utilizan es la que tiene en cuenta la facilidad de propagación de incendios que tiene la estructura. El Reglamento de Seguridad contra Incendios en los Establecimientos Industriales (RSCIEI) establece cinco tipos de naves industriales, que se ordenan de mayor a menor riesgo de que el incendio se extienda.
TIPO A
Las naves industriales de tipo A se sitúan en edificios que están ocupados también por otros establecimientos. Por ello, son las que mayor riesgo de propagación de incendios presentan.
TIPO B
Las naves industriales de tipo B se ubican en edificios que ocupan en su totalidad, pero hay establecimientos adosados o bien a una distancia menor o igual a tres metros. El riesgo de propagación de incendios es menor que en las de tipo A, pero el fuego podría extenderse con relativa facilidad de un edificio a otro.
TIPO C
Las naves industriales de tipo C también ocupan por completo el edificio en el que se encuentran, pero en este caso están situadas a más de tres metros de las edificaciones próximas. Esta distancia dificulta la propagación del fuego, aunque es necesario que el espacio esté libre de objetos o elementos que puedan extenderlo.
TIPO D
Las naves industriales de tipo D se encuentran situadas en un espacio abierto, aunque este puede estar cubierto por completo. Sin embargo, alguna de sus paredes laterales debe estar completamente abierta.
TIPO E
Las naves industriales de tipo E también se ubican en espacios abiertos, pero en esta ocasión solo pueden estar cubiertas hasta un 50%. Además, al igual que en el caso anterior, alguna de las paredes laterales situadas en la parte cubierta no debe estar cerrada. Este es el tipo de nave con menor riesgo de propagación de incendios.
SEGÚN SU ACTIVIDAD
Por último, las naves industriales también pueden clasificarse en función del uso que se les da.
NAVES DE ALMACENAMIENTO Y DISTRIBUCIÓN
Las naves industriales de almacenamiento y distribución se utilizan, como su nombre indica, para guardar y enviar las mercancías. El auge del comercio electrónico las ha hecho muy comunes en los últimos años.
En este tipo de naves, la ubicación es un factor fundamental, especialmente en aquellas destinadas al envío de productos, que suelen situarse cerca de grandes vías de comunicación y con fácil acceso a aeropuertos. Normalmente, estas naves no destinan mucho espacio a las oficinas y la mayoría de la superficie se utiliza para el almacenamiento.
NAVES DE FABRICACIÓN
Las naves industriales de fabricación tienen una estructura y características variables, dependiendo del tipo de actividad que se desarrolle en su interior. Los edificios de fabricación pesada, por ejemplo, suelen ser grandes y contener mucho espacio para muelles de carga, mientras que los edificios de montaje ligero son más pequeños, sencillos y fáciles de trasladar.
En este tipo de naves, tampoco se destina demasiado espacio a las oficinas (normalmente, menos de un 20%) y la ubicación sigue siendo un factor importante, aunque no tanto como en el caso de las naves de distribución y almacenamiento.
NAVES FLEXIBLES
Las naves industriales flexibles están especialmente diseñadas para servir a múltiples propósitos y suelen tener más metros cuadrados dedicados a oficinas.
Por ejemplo, un tipo de nave flexible puede ser un centro de datos, muy común en los últimos años. Se trata del lugar donde una empresa guarda el equipo que utiliza para mantener la conectividad de la red y almacenar sus datos. Estos espacios suelen ser grandes y requerir sistemas especiales de cableado, seguridad y refrigeración.
Otros ejemplos pueden ser las naves frigoríficas, las naves para investigación y desarrollo o los inmuebles de exposición (como los concesionarios de automóviles).