Las naves industriales son espacios de gran tamaño en los que suelen trabajar un número considerable de personas y que, además, albergan diversidad de mercancías y maquinaria.
Por ello, estas estructuras requieren unas necesidades de climatización específicas para alcanzar las condiciones de temperatura, humedad relativa, calidad del aire y a veces, también de presión, necesarias para el bienestar de las personas y/o la conservación de las cosas.
En este artículo, desde EIGO te contamos qué hay que tener en cuenta para climatizar una nave industrial y cuáles son los principales tipos de climatización disponibles en el mercado.
FACTORES A TENER EN CUENTA PARA CLIMATIZAR UNA NAVE INDUSTRIAL
Los sistemas de climatización industrial son aquellos que permiten garantizar la temperatura y humedad óptimas dentro de las naves industriales. Dichos valores serán diferentes en función del tipo de actividad que se desarrolle dentro de las instalaciones.
Así, existen industrias donde el control de la temperatura y la calidad del aire es especialmente exigente, por tener un impacto fundamental sobre los productos fabricados en las naves. Otras, por su parte, requieren reducir la sensación de calor, pero no necesariamente la temperatura.
Además, según el tipo de proceso de fabricación, el impacto en el incremento de la temperatura o en la contaminación del aire de la nave industrial será de mayor o menor magnitud, lo que deberá tenerse en cuenta a la hora de proporcionar a los empleados un espacio de trabajo que garantice su salud y bienestar.
Igualmente, el tipo de climatización más adecuado también dependerá de las dimensiones de la nave industrial, que determinarán la frecuencia de renovación del aire necesaria.
Por otro lado, el nivel de contaminación del aire generado en el interior de la nave variará en función del tipo de industria y puede determinar la necesidad de instalar equipos de filtrado que garanticen constantemente aire limpio y renovado a los trabajadores y que no perjudique el medio ambiente.
Finalmente, no todas las zonas de la nave industrial tienen por qué requerir el mismo tipo de climatización, pudiendo existir varios ambientes diferenciados que exijan distintas condiciones de temperatura.
Por lo tanto, la elección del sistema de climatización industrial dependerá de las características de cada negocio y los requerimientos que se deriven del mismo en términos de temperatura, calidad y humedad del aire.
TIPOS DE CLIMATIZACIÓN INDUSTRIAL
Los equipos de climatización industrial pueden clasificarse atendiendo a varios factores, como las características físicas del espacio a climatizar, el sistema técnico utilizado (mecánicos de compresión, sistemas de absorción, enfriamiento evaporativo, sistemas absorbentes), la fuente de energía empleada (electricidad, gas natural, gas propano, agua caliente sobrecalentada, vapor) o el método que se use para la disipación del calor generado (aire o agua).
A continuación, hablaremos sobre algunos de los tipos de climatización industrial más comunes y los espacios para los que resultan idóneos en cada caso.
VENTILADORES DE ALTA POTENCIA
No reducen la temperatura de la nave, pero sí la sensación térmica. Funcionan mediante hélices que mueven de forma rápida e intensa el aire generado. Dicho aire permanece en continuo movimiento y no forma islas de calor, con lo que la temperatura se distribuye en el espacio de forma más uniforme. Además, son un sistema de climatización muy económico.
Estos ventiladores son adecuados para su uso en locales industriales grandes o medianos, pero no para naves pequeñas, como consecuencia de su alta potencia, destinada a mover grandes volúmenes de aire.
Por otra parte, no pueden modificar la calidad del aire, por lo que solo serán recomendables para climatizar industrias donde dicho parámetro no influya sobre el producto final o que no requieran de un control exhaustivo de calidad del aire.
SISTEMAS DE CLIMATIZACIÓN INDUSTRIALES
Consisten en la instalación de un circuito frigorífico por el que circula un refrigerante por varias etapas, lo que modifica su presión y la temperatura mediante un compresor, evaporador y condensador.
Se puede trabajar con temperaturas bajas de impulsión, es un método de climatización muy recomendado para industrias donde se libera mucho calor y es necesario mantener baja la temperatura. Permite regular la humedad y mejorar la calidad de aire si se añaden sistemas de humectación y sistemas de filtración.
Los sistemas de climatización están disponibles en diversidad de modelos, diferenciándose principalmente entre sistemas partidos (refrigerante variable) y los sistemas autónomos (Roof-top). En el caso de los sistemas de climatización partidos, están formados por una unidad exterior y una o varias unidades interiores y son adecuados para climatizar espacios de tamaño medio. Por su parte, los sistemas Roof-top que se instalan en el exterior utilizan un sistema de conductos por el interior que distribuye el aire por el espacio a través de rejillas o toberas, siendo especialmente apropiados para espacios de tamaño grande.
Su único inconveniente es su alimentación eléctrica, por lo que su coste de utilización es elevado y que de no realizarse las labores de limpieza adecuadas de sus filtros, pueden liberarse impurezas al aire.
CLIMATIZADORES EVAPORATIVOS
Los climatizadores evaporativos utilizan un sistema por el que el aire caliente se enfría al entrar en contacto con unos filtros de evaporación que contienen agua. Al perder temperatura, el aire se enfría y aumenta su humedad, expulsándose al ambiente mediante ventiladores.
Estos climatizadores para naves industriales permiten renovar el aire continuamente, así como bajar su temperatura hasta un máximo de doce grados dependiendo de la humedad del ambiente. Tienen más prestaciones que los ventiladores de alta potencia pero no tantas como los sistemas de climatización; no obstante, requieren menos electricidad para funcionar que estos últimos, por lo que resultan más económicos.
Además, al no utilizar refrigerantes se convierten en un sistema más ecológico. Por último, pueden refrigerar el espacio aunque las puertas y las ventanas estén abiertas, sin perder su eficiencia.